3 de noviembre de 2014

Sangrado en el Embarazo

Nunca debemos confundir lo frecuente con lo normal. 
Es frecuente que hasta un 20-25% de las mujeres embarazadas tengan algún sangrado en un momento del embarazo. No quiere decir que esto sea normal. Lo normal es no tener ningún sangrado durante el embarazo.
También hay que diferenciar entre una pérdida de sangre y una hemorragia.
La pérdida de sangre es un sangrado ligero, parecido al que puedes tener cuando comienza tu menstruación o cuando termina.
A veces solamente notas manchas en la ropa interior. Su color puede ser rosa, rojo y hasta marrón (el color de la sangre seca). 
La hemorragia es un sangrado más intenso, como el de una regla en curso y puede ir acompañado de dolores. Ante una hemorragia SIEMPRE debes acudir a urgencias del hospital más cercan. Si es una pérdida, debes acudir al ginecólogo habitual o a un hospital.

CAUSAS

  • En el primer trimestre del embarazo, un sangrado puede ser una señal de posible aborto. También podría ser signo de embarazo ectópico. Se pueden tener pérdidas de sangre, cuando sea la fecha en la que te tocaría tener la menstruación; esto se debe a la implantación del embrión en el útero.  Excepcionalmente, puede ser un embarazo molar. Ante una pérdida o hemorragia, con o sin dolor, en el primer trimestre debes acudir al médico o un centro sanitario para hacer una valoración y una ecografía y/o análisis de sangre para saber definir la causa.
  •  Otra causa puede ser haber tenido relaciones sexuales, porque el cuello del útero está más irrigado de lo habitual en el embarazo. O una exploración vaginal reciente o citología. Hay afecciones que no están relacionadas con el embarazo que también pueden producir una pérdida de sangre. Las infecciones vaginales (como la candidiasis o la vaginosis bacteriana) o las infecciones de transmisión sexual (como la tricomoniasis, la gonorrea, la clamidia o el herpes) pueden provocar irritación o inflamación en el cuello del útero. Esto puede ocurrir en cualquier momento del embarazo.
  •  En el tercer trimestre, el desprendimiento de placenta, también puede originar pérdidas de sangre y/o hemorragias. Se acompaña de un dolor abdominal agudo. Ante un sangrado en el tercer trimestre es importante acudir al hospital más cercano para comprobar el bienestar de la mamá y del bebé. Posiblemente con una ecografía para comprobar cómo está la placenta porque también puede haber perdidas o hemorragias con una placenta previa, esto puede ser que lo conozcas porque te lo habrán dicho en las ecografías.
  • Otra causa de sangrado es el inicio del parto, será posiblemente que tu cuello se está dilatando y expulsarás el tapón mucoso, que puede ser rosado o marrón.


15 de octubre de 2014

Depresión posparto, más habitual y grave de lo que parece...



Un 80% de las mujeres la padecen en las primeras semanas de vida del bebé. Las más graves pueden a llevar, si no se tratan, a dañar al hijo o a sí misma.
No se trata de una locura y tiene solución. Sin embargo, sigue siendo un tema tabú con el que incluso la gente bromea. Pero es un asunto serio.
El término depresión posparto se ha generalizado y trivializado popularmente en los últimos años, creando un estereotipo confuso. 

Hay que distinguir entre: 


Depresión posnatal o posparto leve.


La presentan en torno al 80% de las mujeres durante el puerperio. Aparece en torno al tercer día después del parto. Suele durar hasta cuatro semanas aproximadamente.

Los síntomas habituales son insomnio, tristeza, fatiga, irritabilidad y ansiedad, llanto fácil, frustración, dudas sobre la propia capacidad para ser madre. Suele remitir de forma espontánea ya que se relaciona con el descenso brusco de progesterona sumado a la adaptación a la nueva situación. Si la madre cuenta con la suficiente contención afectiva familiar remitirá sin necesidad de tratamiento.



Depresión mayor posparto.


Puede aparecer entre 4 y 30 semanas después del parto. Los síntomas principales son:

  • Exceso o falta de apetito
  • Deseos de aislamiento o sentimientos de extrema soledad
  • Falta de energía.
  • Ansiedad, angustia, miedo.
  • Falta de interés en el autocuidado
  • Pensamientos relacionados con la muerte, ideas suicidas o autolesivas (hacerte daño).
  • Hipo o hipersomnia (alteraciones del sueño).
  • Irritabilidad hacia la pareja y/o hacia los otros hijos.
  • Culpa.
  • Problemas de memoria
  • Dificultad para vincularse al bebé.
  • No desean quedarse solas con el bebé porque se perciben incapaces de cuidarlo.
  • Resentimientos hacia el bebé, lo culpan por la situación y a veces, piensan en hacerle daño.
  • Sobreprotección del bebé: la madre lo ve siempre como enfermo por lo que suele consultar con excesiva frecuencia al pediatra. Muchas veces, este es el único síntoma visible de una depresión silenciada por la madre.
  • Ideas de arrepentimiento del embarazo y nacimiento del niño.

Todos estos síntomas suenan muy severos y extremos pero son comunes y no pasan de ser pensamientos que casi nunca se concretan en una acción, salvo que la depresión posparto de lugar a una complicación llamada:


Psicosis posparto: Afecta a una de cada cuatro mil mujeres tras el parto. Incluye todos los síntomas anteriores y además: alucinaciones, intentos de lastimarte o dañar al bebé, confusión, cambios extremos en el estado de ánimo (comportamiento bipolar).

Por lo tanto, una mujer con depresión mayor posparto, puede sentir que está o se está volviendo loca. 

Tratamiento diferente.

El tratamiento debe ser diferente para cada uno de los casos.


En el primer caso, la depresión leve o disforia posnatal remitirá solo con el tiempo aunque hay una serie de pautas que ayudan a mitigar los síntomas y a reducir su duración. Se recomienda garantizar a la madre una sólida red de contención emocional y de ayuda que la permita centrarse en el cuidado propio y del bebé, salir de casa al menos una vez al día, el ejercicio aeróbico moderado (caminar), la expresión de las emociones y síntomas que pueda estar experimentando sin ser juzgada, saber que es normal sentir toda esa ambigüedad sobre el bebé y la nueva y desbordante situación y que a veces la adaptación a un cambio tan radical cursa con síntomas difíciles y ello no implica para nada ser mala madre ni no querer al bebé. Darse tiempo y flexibilizar las ideas que solemos tener sobre la maternidad antes de ser madres.


En el segundo caso sí está indicado el tratamiento que suele ser la intervención psicoterapéutica combinada, algunas veces, con farmacología. Reconocer que estamos ante un desorden que requiere atención especializada es el primer paso.


Y en cuanto a la psicosis posnatal, el tratamiento es el mismo salvo en aquellos casos donde haya un riesgo para la vida del bebé o de la madre donde estará indicado el ingreso hospitalario.

La depresión posparto, en cualquiera de los tres casos indicados, leve, mayor o psicótica, no es elegible, no es una actitud y, por tanto, una mujer no puede salirse de ella a voluntad. La depresión comprende cambios neuroquímicos y hormonales que cambian la forma de funcionar del cerebro. No culpabilizar ni pedirle a una mujer puérpera con síntomas de depresión que lo supere ya que debería estar feliz, es contraproducente y contribuirá a que oculte el problema, lo que no hará otra cosa que agravarlo.

30 de septiembre de 2014

Respetemos su proceso del sueño

Noticia interesante, sobre cómo evoluciona el ciclo del sueño de los bebés.

María Berrozpe, autora del «Debate Científico sobre la realidad del Sueño Infantil» explica cómo conseguir que los niños duerman


Si tiene hijos lo sabrá. Una de las cosas que conlleva es perder la increíble capacidad de disfrutar una noche entera durmiendo a pierna suelta… al menos hasta que pasan unos años. La mayoría de los padres se desesperan, consultan a otros, piden cita al pediatra, incluso algunos hasta los medican (totalmente contraindicado salvo enfermedades diagnosticadas por especialistas).
Algunos padres recurren al método Estivill, un sistema que «enseña» a los niños a dormir y que, según algunos especialistas, a pesar de su eficacia, tiene consecuencias negativas.
Desde el cuestionamiento del sueño en solitario o las diferentes técnicas para establecerlo, hasta los factores relacionados con la muerte súbita del lactante, todo está en entredicho y, a día de hoy, hay muy pocas verdades establecidas». 
  • ¿Aprenden los niños a dormir?
Entendiendo la pregunta literalmente, tengo que decir que no. Todos sabemos dormir, igual que sabemos respirar. El feto ya duerme, como bien explica el mismo doctor Estivill, y evidentemente nadie le ha «enseñado». Lo que sí puede aprender un niño es a dormir en una serie de condiciones establecidas culturalmente. En nuestra cultura aprenderá a dormir metiéndose en la cama, bajo el edredón o sábana y en pijama, por ejemplo. Otros niños dormirán con la ropa del día y en una estera, algunos tienen que aprender a dormir solos, mientras que otros pueden seguir disfrutando de la compañía de sus cuidadores durante el sueño.
  • ¿Por qué considera que el método Estivill no es el más adecuado?
Este método tiene en sus mismas raíces un error fundamental: la ciencia del siglo pasado convirtió una costumbre establecida culturalmente, el sueño en solitario de nuestros hijos, en una cuestión de salud y ciencia. Los defensores de este método siguen considerando que el niño que a los 6 meses no es capaz de dormir en solitario toda la noche tiene una enfermedad llamada «insomnio infantil por hábitos incorrectos» que si no se soluciona le producirá problemas de sueño en el futuro. Pero hoy está perfectamente demostrado que el sueño en solitario no es imprescindible para tener un sueño saludable. De hecho, es una manera de dormir excepcional para las crías humanas. Hasta el mismo doctor Richard Ferber, mentor del doctor Estivill, acepta el colecho (dormir con los padres) como una práctica perfectamente sana y respetable. Esto no significa que no podamos enseñar a nuestros hijos a dormir en solitario si ese es nuestro deseo. Sólo significa que ya no tenemos excusas (del tipo es por su bien, es para curarle) para forzar este comportamiento mediante un método que implica dejarle llorar, y a una edad a la que el niño todavía no está preparado para asumir esta exigencia cultural. Y no todos los niños lo estarán a la vez. Unos lo lograrán antes y otros después. Lo único cierto es que todos lo harán cuando estén preparados, independientemente de que se hayan aplicado o no este tipo de métodos de adiestramiento, lo que demuestra que, a largo plazo, es absolutamente innecesario.
  • Desde su punto de vista, ¿cómo explica el proceso madurativo del sueño del niño?
El sueño es un proceso evolutivo que se va a adaptando a las necesidades del ser humano. De la misma manera que las características especiales del sueño durante la primera infancia tiene un papel fundamental en el desarrollo del cerebro del bebé, también son un espejo de los cambios que este sufre. El desarrollo del sistema nervioso central que se inicia en la época prenatal continúa en la vida adulta, pero sufre los cambios más dramáticos en los dos primeros años de vida, algo que se ve perfectamente reflejado en el sueño de nuestros hijos.
Hoy se sabe que los fetos ya duermen y, según Rosa Jové, a partir del séptimo mes de embarazo ya tienen claramente dos fases: sueño activo y sueño pasivo. Según esta autora, entre el nacimiento y los 3 meses los bebés dormirán un promedio entre 14-20 horas al día, aunque todavía seguirán un ritmo ultradiano (sin diferenciar el día de la noche). A partir de los 3 meses ya serán capaces de empezar a adquirir el ritmo circadiano (dormir más por la noche que por el día) y la adquisición progresiva de las distintas fases del sueño les irá permitiendo hacer intervalos de sueño cada vez más largos.
Aunque precisamente la adquisición de estas diferentes fases puede traducirse en un mayor número de despertares nocturnos. Hasta los 7 meses el sueño del bebé ha estado en construcción. A partir de los 8 meses entrará en una etapa de maduración y no será hasta los 6 años que se parecerá definitivamente al sueño del adulto. En cuanto a la duración del sueño, en la literatura científica existen tablas estableciendo los percentiles a las diferentes edades, pero parece que todos los autores están de acuerdo a la hora de reconocer la existencia de una enorme variabilidad en la población infantil en cuanto a las necesidades de sueño. A pesar de esto, podemos observar unas tendencias generales en lo que podríamos calificar como un patrón de sueño normal en la niñez:

a.Una disminución progresiva de la duración del sueño diario desde la niñez hasta la adolescencia.

b.Un desplazamiento de la hora de empezar a dormir hacia una hora más tardía, que empieza en la mitad de la niñez y se acelera en la adolescencia.

  • ¿Se sabe de manera científica cuáles son las consecuencias de aplicar el método Estivill a los niños?
Hay poca investigación realizada directamente analizando este método, aunque muchos investigadores consideran que los resultados obtenidos al estudiar el efecto del estrés producido por el cuidado materno inadecuado o la separación del bebé de su madre son extrapolables. Muy resumidamente, podemos decir que el desarrollo de los sistemas de respuesta al estrés de estos bebés se ve afectado negativamente, de manera que, en el futuro, tendrán más probabilidades de desarrollar patologías como la depresión o la ansiedad.
También se ve afectado el desarrollo de sus capacidades cognitivas y hay pruebas del impacto sobre el desarrollo del sistema inmune, ya que tendrán más probabilidades de sufrir enfermedades autoinmunes de adultos. Uno de los pocos estudios realizados directamente sobre la aplicación a bebés de una técnica de adiestramiento lo publicó Middlemiss en el año 2012 y demostró algo que a mí me ha impresionado mucho: tras tres días de adiestramiento los bebés ya no lloraban cuando se les dejaba solos, pero los niveles de cortisol (la hormona del estrés) eran tan altos como el primer día (en el que sí lloraban). Por el contrario, en las madres sí se producía una disminución de cortisol al tercer día, comparado con el primero. O sea, las madres, al ver que el bebé ya no lloraba, ya no se estresaban. Pero el bebé, aunque ya no lloraba, seguía sufriendo.

Hay muchísima controversia entre este método y el que está en el extremo contrario que es dormir con los hijos en la misma cama (colechar) ¿Presenta riesgos dormir con los hijos? ¿Existen datos científicos que digan que, efectivamente, puede suceder la muerte súbita, por ejemplo?
El colecho actualmente sólo resulta controvertido en su relación con la muerte súbita del lactante y sólo durante los tres primeros meses de vida del bebé. Algunos investigadores consideran que por sí mismo es un factor de riesgo independiente en este tiempo, mientras que otros consideran que no hay evidencias que demuestren esta relación y que la práctica del colecho realizada en unas condiciones seguras no solo no es peligrosa sino que es protectora. Pero estoy hablando del colecho con los menores de tres meses. A partir de ese momento ya no hay controversia: el colecho es considerado absolutamente saludable y respetable.
  • ¿Cuándo empiezan, en general, a dormir bien los niños?
Siempre que al bebé sano se le permita dormir en las condiciones que él necesita y se encuentre bien,«dormirá bien». Esto significa que un bebé recién nacido en íntimo contacto con su madre y con continuo acceso a su pecho dormirá de maravilla porque en sus múltiples microdespertares no necesitará desvelarse del todo para tener acceso a su alimento y sentirse protegido y feliz. Un bebé de 6 meses en las mismas condiciones posiblemente también dormirá de maravilla, aunque se despierte de vez en cuando un poquito y coma un par o tres de veces por la noche, que es lo normal a esta edad.
Un niño de dos años colechando con su madre también dormirá de maravilla y, dado su momento del desarrollo, posiblemente la mayoría de las noches dormirá de «un tirón», o sea, que no nos despertará en toda la noche. Si lo que me pregunta es cuándo dormirá bien en las condiciones que nosotros exigimos, pues dependerá de estas condiciones. Si exigimos que duerma bien colechando con nosotros, es posible que duerma bien desde el primer día. Si exigimos que duerma bien solo, en su habitación, sin molestarnos, es posible que lo haga ya a los dos años, pero también es posible que no lo haga hasta los 4 o 5 años o tal vez más tarde. Dependerá de muchos factores. Aplicando el método Estivill posiblemente lo conseguiremos mucho antes pero ¿A qué precio? Es nuestra responsabilidad saber hasta qué punto podemos exigir o no a nuestro hijo para no superar su capacidad natural de adaptarse a esta exigencia cultural. Lo que el pediatra Oskar Jenni llama respetar su «bondad de ajuste». Y es evidente que obligar a nuestro hijo a dejar de reclamarnos a base de no atenderle tal y como él necesita no es respetar su bondad de ajuste personal. 

Fuente: http://www.abc.es/familia-padres-hijos/20140125/abci-dormir-nino-llorar-201401231317.html#.VFpruS3NHoc.facebook

14 de diciembre de 2013

Embarazo Mes a Mes

 

Primer mes.

Es muy difícil conocer el día exacto en el que se produce la fecundación, el primer mes de embarazo se calcula a partir del primer día de la última regla (FUR), pero se ajustará la fecha con la ecografía de las 11-12 semanas.
MUY IMPORTANTE: Medidas higiénicas en este primer mes.
Madre: Va a experimentar mayor cansancio y somnolencia, orina más. Comienza el crecimiento uterino.
Bebé: Empieza a formar algunos órganos, extremidades, placenta y cordón umbilical.

Segundo Mes.

En el segundo mes de gestación suelen mantenerse los signos y síntomas que ya se manifestaron al principio del embarazo, como el cansancio o las náuseas y vómitos.
Control sanitario:
1ª Visita: En esta primera consulta se realiza la historia clínica, datación, exploración física.
Se solicita la 1ª analítica, que contiene control de sangre, orina y un cribado de enfermedades infecciosas como VIH, hepatitis, toxoplasma, sífilis...

Madre:
Náuseas y vómitos.
Pechos más tensos y sensibles.
Caderas empiezan ensancharse.

Bebé:
Se cierra el tubo neural.
Se forman las orejas, los párpados, la nariz y la boca.
Se forman los dedos y las muñecas.
Se forman el sistema nervioso y muscular.
Se desarrollan el estómago, la vejiga y el recto.

Tercer Mes.

Madre:
Desaparecen las náuseas.
Aparece la “tripita”.
Se inflaman las encías y los tobillos.
Aparecen manchas en la cara o en el abdomen.


Bebé:
Se perciben sus latidos (120-160 por minuto).
El sistema nervioso ya está formado.
Mueve piernas y brazos.
Expulsa orina al líquido amniótico.

Control Sanitario:
Ecografía Semana 12, donde valoramos:
Latido fetal.
Se miden: cabeza, abdomen, fémur.
En este control también se realiza el cribado combinado cromosomopatías. (Triple Screening).

Cuarto Mes.

Entramos en el segundo trimestre y dejamos atrás los meses más críticos para la evolución del embarazo (las probabilidades de aborto se reducen).
Esta etapa se caracteriza por la estabilidad, la adaptación y la seguridad.
Se percibe al bebé, y el abdomen no es lo suficientemente grande como para provocar grandes molestias.
También aumenta el deseo sexual.
Madre:
Se empieza a disfrutar el embarazo.
Aparecen calambres musculares nocturnos.
Aumenta el ardor de estómago, por lo que se recomienda no realizar comidas muy abundantes, sino más tomas de menor cantidad.

Bebé:
Se acaba de formar completamente la placenta.
Una capa fina de pelo (lanugo) recubre su piel.
Los rasgos de la cara están más definidos.
Oye la voz de su madre.

Quinto Mes.

Madre:
Empieza a notarse el bebé, especialmente durante la noche, al estar acostada.
El tamaño del útero mayor y a partir de la semana 20 aumenta 1 centímetro por día.
Aparecen estrías por el estiramiento de la piel.
Pesadez de piernas e hinchazón de tobillos.
Bebé:
Acelera el crecimiento: aparece grasa bajo la piel.
Desarrollo útero / descendimiento téstículos.

Control Sanitario:
ECOGRAFÍA 20 semanas.
Es la más importante y detallada.
Correspondencia tamaño – gestación.
Situación placenta.
Cordón umbilical.
Líquido amniótico.
BÚSQUEDA MALFORMACIÓN, aquí se intenta descartar malformaciones que no han podido verse en los controles anteriores.

Sexto Mes.

El aumento de la barriga es considerable y el centro de gravedad del cuerpo se desplaza hacia delante. Para compensar este cambio, la espalda presenta una mayor curvatura y se tiende a separar las piernas para conseguir una mayor base de sustentación.
Madre:
Dificultad para respirar. Se aconseja domir acostada hacia un lado.

Dolores de espalda.
Aumenta ardor de estómago.

Bebé:
Aumento de peso.
Abre y cierra los ojos.
Escucha diferentes sonidos.
Movimientos a diario.
Control Sanitario:
Analítica 2º Trimestre. En estos resultados, es muy frecuente encontrar una ligera anemia materna.
Se realizará el Test O' Sullivan en la semana 24 para el cribado de diabetes gestacional.

Séptimo Mes.

La etapa final del embarazo se inicia con la sensación de tranquilidad del segundo trimestre pero, a medida que se acerca la fecha prevista del parto, vuelven a surgir temores sobre cómo irá el parto o si el niño tendrá cualquier problema.
Te sientes “pesada” y se suele producir un descenso de las relaciones sexuales.
Madre:
Si no se previenen con una correcta hidratación, las estrías serán más evidentes. Aparte de un correcto aporte de líquidos, es recomendable utilizar cremas hidratantes a diario.
Puede aparecer insomnio.
Se producen calambres en las piernas, sobre todo de noche.
Aparecen hemorroides. Para evitarlas o disminuirlas, hay que aumentar el consumo de fibra alimentaria, beber abundantes líquidos, evitar estar de pie o sentada por largos períodos de tiempo, entre otras recomendaciones.

Bebé:
Sigue acumulando grasa y aumenta su masa ósea.
Responde a estímulos de luz y sonido.
Se sitúa cabeza abajo, preparándose para el parto.
Control Sanitario:
Aquí comenzamos la Educación Maternal.
Vacunación Anti- D para RH NEGATIVAS (semana 28). Ver: Vacuna Anti-D

Octavo Mes.

El crecimiento uterino es tan marcado que se produce la compresión sobre la vejiga, por lo que la urgencia para orinar es cada día más marcada. Esta compresión también se produce sobre el recto, y puede agravar el estreñimiento, las hemorroides y las varices.
Madre:
Continúan los dolores de espalda, los ardores y la sensación de dificultad para respirar.

El abdomen se pone duro y el útero empieza a manifestar contracciones.

Bebé:
Ya está cabeza abajo (posición cefálica).
Gana la mayor parte del peso.
Recibe defensas (anticuerpos) de la madre.
Se mueve a diario y sus patadas son más evidentes.
Control Sanitario:
Analítica 3º Trimestre, donde valoraremos la coagulación sanguínea para la analgesia epidural, entre otros. También se realizará cribado de Estreptococo Grupo B con un exudado vagino-rectal.
Ecografía Semana 32. Aquí veremos:
Colocación.
Placenta.
Crecimiento – Peso aproximado.

Noveno Mes.

Madre:
Las molestias similares al octavo mes, pero más intensas.
El útero alcanza la parte inferior del esternón y las contracciones aumentan en frecuencia e intensidad.
La cabeza del feto se encaja más en la pelvis, sensación de presión, a veces con dolor.

Bebé:
A partir de la semana 37, el feto a término: su desarrollo es completo y está capacitado para vivir fuera del útero materno.
De la semana 37 a la 40, las visitas de control pasan a realizarse cada una o dos semanas.
Tras la semana 40, se realizan de 1 a 3 visitas de seguimiento por semana.
En las últimas semanas, el abdomen baja un poco y es más fácil respirar, pero aumentarán las molestias a nivel inguinal y lumbosacro (parte baja de la espalda).
El feto se va introduciendo en la pelvis