Cambios importantes de peso.
Cambios en las características del flujo vaginal (mal olor, escozor, picor, dolor).
Tras una caída.
Diarrea intensa.
Dificultad respiratoria.
Erupciones cutáneas.
Hinchazón en un sitio distinto a los pies o los tobillos por la tarde, o en dichas localizaciones pero sin desaparecer tras el descanso nocturno.
Mareo con sudoración, aumento de los latidos del corazón y sensación de desmayo.
Molestias urinarias (dolor, escozor y/o necesidad repetida de orinar).
Problemas súbitos de visión.
Vómitos intensos y/o persistentes que no cesan con tratamiento.
Ausencia de percepción de movimientos fetales a lo largo de un día a partir del sexto mes (semana 26) de la gestación.
Contracciones rítmicas y progresivamente más intensas antes del octavo mes (semana 37).
Dolor abdominal intenso.
Fiebre elevada.
Dolor de cabeza intenso y persistente.
Pérdida de líquido por la vagina que no se identifique como orina.
Pérdida de sangre por los genitales.
Tensión arterial elevada que persiste en un segundo control y tras 20 minutos de reposo.
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