26 de noviembre de 2013

Higiene del Bebé

CONSEJOS PARA LA HIGIENE DEL BEBÉ
Antes de manipular al bebé es imprescindible lavarse las manos para evitar la transmisión de gérmenes. Los bebés son más vulnerables a las infecciones, por lo que el lavado de las manos adquiere aún mayor importancia.

Hay que lavarse las manos:
Antes de coger o tocar al bebé
Antes y después de realizarle la cura del cordón umbilical
Antes y después de cambiarle el pañal

EL BAÑO.

No bañes al bebé hasta el día siguiente de la caída del cordón umbilical. Mientras tanto, procederemos a relizar una higiene sin sumergirlo en el agua.
La hora del baño debe ser más o menos siempre la misma, aunque nunca después de comer. Lo más habitual es bañarlo al atardecer y antes de la toma, lo relaja y favorece su descanso durante la noche.
Prepara los distintos utensilios (jabón, esponja, toalla, pañales, ropita, etc.) y llena la bañera de forma que no cubra totalmente al bebé.
La temperatura del agua debe estar entre los 32 y los 34ºC. Puedes comprobarla con un termómetro de baño o introduciendo el codo o la parte interna del brazo.
Cierra las puertas y las ventanas de la habitación donde bañes al niño.
En la bañera, mantén al bebé bien sujeto. El baño no debe durar más de 5 minutos.
Hay que tener especial atención a la higiene de la zona de los pliegues.
Los genitales deben lavarse siempre de delante hacia atrás para evitar infecciones.
Tras el baño es un buen momento para cortar las uñas.
Las orejas sólo deben limpiarse por fuera utilizando un algodón húmedo.
Tras el baño, hidrata la piel del bebé con aceites o cremas.

CAMBIO DE PAÑAL
Cambia frecuentemente el pañal al bebé para evitar la aparición de irritaciones en la piel.
Cambia el pañal después de cada toma y cuando el niño defeque.
Antes de empezar, prepara todos los utensilios que vayas a necesitar como pañales, toallitas, pomada, muda de recambio, etc.
No dejes nunca solo al bebé o sin sujeción.
Coloca al bebé sobre una superficie segura, sólida y cómoda como un cambiador o un colchón sobre la mesa.
Limpia las nalgas, la barriguita hasta el ombligo y los pliegues que se forman en los muslos.
En las niñas, hay que limpiar los genitales de delante hacia atrás para evitar infecciones. En los niños, puedes cubrir el pene con una toallita durante el cambio de pañal, es frecuente que la exposición al aire provoque la micción.
Seca con una toalla y aplica pomada en las zonas enrojecidas, evitando introducirla dentro de los genitales.
La parte de la espalda con las tiras adhesivas debe quedar aproximadamente a la altura del ombligo del bebé.
Recuerda lavarte bien las manos tras el cambio del pañal para evitar la propagación de gérmenes.
También es muy importante dejar al bebé en un sitio seguro mientras se desecha el pañal a la basura.
En el caso que se produzca una dermatitis del pañal, consulta a tu médico sobre la crema más apropiada para tratarla. Ante las irritaciones debes dejar al bebé sin pañal algunos ratos al día, acostándolo sobre varias toallas o paños. También es importante no utilizar toallitas desechables para limpiarlo , sino paños de tela humedecidos con agua.

LA ROPA.
Viste al niño con ropa de fibras naturales (algodón, hilo, etc.).
Las camisetas y los jerseys deben abrocharse por detrás con botones planos o tiras de velcro.
La ropa del bebé puede lavarse a mano o a máquina, pero no hay que mezclarla con la ropa de los
adultos.
Hay que utilizar jabón para ropa delicada. Es mejor no añadir aditivos como lejía o sustancias blanqueantes, pueden irritar su piel. Finalmente, es importante aclarar bien la ropa para que no queden restos de jabón.





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