6 de diciembre de 2013

Cólico del Lactante


Uno de los problemas más comunes de los bebés durante sus primeros meses son los cólicos, los cuales le causan dolor y lo comunican a través del llanto. Sin embargo, la tarea de identificar la causa del llanto puede ser complicada, especialmente si se trata del primer bebé.
¿Qué es el cólico del lactante?
El cólico del lactante es una condición característica de los primeros meses de vida del bebé y se caracteriza por espasmos de los intestinos que le causan dolor al bebé, razón por la cual llora repentinamente y su llanto puede prolongarse por varias horas.
¿Es común?
Los especialistas afirman que alrededor del 40% de los bebés padecen de cólico del lactante durante la tercera y sexta semana de vida, lo cual se repite de manera constante hasta el tercer mes de vida, aproximadamente.
¿Por qué ocurre?
Los estudios realizados no han podido determinar la causa exacta del cólico del lactante. Hasta el momento, los especialistas lo asocian a una posible alergia a la proteína de la leche, a los niveles hormonales y a la ingesta de gases en el momento de la alimentación. No obstante, el cólico del lactante es un problema pasajero y no deja secuelas a corto ni a largo plazo.
¿Cómo saber si el bebé tiene cólico del lactante?
Los signos para identificar los cólicos en el bebé son:
  • El bebé empieza a llorar repentinamente sin ninguna razón aparente
  • El llanto se extiende por varias horas y la situación se repite por varios días consecutivos.
  • Mientras llora, el bebé encoge y estira las piernas repetidamente.
  • El dolor aumenta progresivamente hasta llegar a un punto máximo y desaparece de manera repentina.
  • Al poner su mano sobre la barriga del bebé podrá notar que está dura.
  • Puede notar que el bebé ha expulsado muchos gases.
Para diagnosticar un cólico del lactante existe lo que se conoce como la regla de 'los 3 de Wessel' en honor al profesor de pediatría estadounidense que describió por primera vez el fenómeno. Se considera que se da un cólico del lactante si el llanto:
  • Aparece antes del tercer mes de vida (generalmente no antes de los primeros 15 días)
  • Dura tres o más horas al día (normalmente el inicio es a última hora de la tarde, aunque no siempre es así)
  • Se prolonga durante tres o más días a la semana.
¿Cómo prevenir o disminuir el cólico del lactante?
Lo más recomendable es evitar que el niño ingiera aire cuando se está alimentando. Si se le está amamantando, la madre deberá verificar que la boca del bebé esté cubriendo todo el pezón y deberá separarlo en cuanto note que el pecho está vacío.
Si el bebé es alimentado con biberón, hay que colocarlo en posición vertical y evitar que ingiera aire. Lo ideal es buscar un biberón que tenga la forma adecuada y que evite que se acumule mucho aire encima de la leche.
Debido a los gases y estiramientos bruscos que a menudo acompañan a los cólicos, tradicionalmente se ha asociado el problema a molestias intestinales, aunque lo cierto es que no se conoce a ciencia cierta cuáles son las causas que lo desencadenan y si al bebé realmente le duele la barriga.
"La mayoría de expertos piensa que puede estar causado por estrés o cansancio del lactante en un momento de inmadurez neurológica y fisiológica".
El llanto es la respuesta del bebé a todas las circunstancias que alteran su fisiología. Llora por hambre, por sueño, cuando necesita consuelo. Y probablemente también llora por inmadurez.
Lo último que se está considerando es que se trata, ni más ni menos, de una etapa normal del desarrollo de los lactantes; de ahí la inefectividad de medidas como preparar infusiones calmantes o realizar cambios en la leche.
Es importante aclarar que no se trata de una enfermedad. Una buena forma de saber que no hay que buscar otros diagnósticos es comprobar que el resto del día el niño está contento, come bien y gana peso de forma correcta.

Se pueden utilizar algunos 'trucos' que, a veces, funcionan.

Lo primero es estar mentalizado, comprender que los niños lloran porque es su única forma de expresar sus necesidades y recordar varias veces que al bebé no le ocurre nada grave. Eso elimina mucha angustia.

También puede funcionar un cambio de aires a tiempo. En ocasiones, los cólicos ceden de modo brusco con los cambios de escenario, como salir de casa a la calle o que el bebé sienta el traqueteo del motor del coche.

También puede ser útil anticiparse un poco al cólico y coger al bebé en cuanto empiezan los primeros signos del fenómeno. Hay que cogerlos en brazos, no esperar a que se calmen. Hay que cogerlos cuando lloran, apretarlos suavemente contra el pecho, ver si tienen hambre, ver si necesitan que se les cambie el pañal o si simplemente necesitan que se les hable despacito o que se les acune.
Cogerlos con frecuencia no los malcría, eso es una verdadera tontería. A los bebés les viene muy bien, y los adultos también se benefician del contacto con un bebé, porque transmiten mucha ternura y confianza.

En los momentos en que los padres hayan alcanzado un punto alto de desesperación, también puede ser buena idea pedir ayuda. Un llanto constante puede poner muy nervioso. Y los nervios de alguna manera se transmiten al bebé. Dejar que otros, como abuelos u otros familiares, compartan ese momento no significa que seamos peores padres.

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