“Si apareciera una nueva vacuna que pueda prevenir millones de muertes infantiles cada año, que fuera barata, segura, administrable por vía oral, y no requiera cadena de frío, pasaría a ser una exigencia en salud pública” (The Lancet 1994)
Todos
los Recién nacidos tienen derecho a recibir leche de su madre
y todas las madres
que
lo deseen a recibir soporte para sus lactancias. Esta es la
indicación de alimentación
tras
el nacimiento.
Tras
el parto la madre produce el alimento óptimo para el recién
nacido que cubre todas sus
necesidades nutritivas, se aporta a demanda y se regula al volumen
adecuado para su crecimiento sin sobrecarga para el aparato digestivo
ni de otros sistemas aún inmaduros.
La
leche materna, suple y estimula el desarrollo del sistema inmune
del recién nacido que no funciona de forma completa
durante los primeros meses de vida. La forma de crecimiento,
parámetros biológicos, grado de salud y desarrollo
afectivo han de ser los patrones a alcanzar si se
usan sustitutos.
Sus
componentes, junto con el intercambio de estímulos físicos
y afectivos entre madre e hijo, logran el máximo potencial de
desarrollo.
Los niños alimentados con lactancia materna logran puntuaciones superiores en algunos ítems
en las escalas de desarrollo psicomotor que los alimentados con
formulas de inicio.
Un
75 a 90% de las madres en España, inician sus lactancias en el
hospital. Múltiples factores sociales, educacionales,
laborales, rutinas hospitalarias, el marketin comercial y en especial
la pérdida de cultura de la lactancia entre familiares y
amigos, junto con la falta de apoyo práctico de los
profesionales a los que las madres piden asesoramiento, hacen que
muchas madres que intentan lactar
no logren sus objetivos, cerrándose un circulo de desconfianza
en su capacidad de lactar.
Un
98% de madres pueden amamantar por periodos largos de tiempo, de
ellas, un 20-30% precisan asistencia para superar algunos problemas
que surgen durante la lactancia.
Las
recomendaciones actuales según la OMS para la alimentación
del recién nacido son:
Lactancia materna exclusiva
los 6 primeros meses. Introducir después de forma progresiva
todos los alimentos, manteniendo
la lactancia el máximo tiempo posible.. En el segundo
semestre, la LM puede aportar el 50% del aporte nutricional y hasta
el 30-20% en el 2º año.
Beneficios
Maternos:
Económico,
ecológico.
Leche
lista al instante. Biodisponibilidad.
Ayuda
a perder peso.
Reduce
el riesgo de cáncer de mama.
Ayuda
al útero a contraerse, por lo que el sangrado es menor.
Beneficios
para el Recién Nacido:
La
inmunidad pasa de madre a hijo. Hay menos riesgo de infecciones.
Disminuye
el riesgo de alergia, asma, obesidad, diabetes y muerte súbita
del lactante.
Es
la fórmula exacta, que permite una mejor digestión y en
la temperatura idónea.
Ayuda
a fomentar el vínculo maternal.
¿Cuándo
comenzamos?
Es
recomendable un inicio precoz, en la primera hora de vida del
neonato. Tras el parto el recién nacido sufre un período
de sueño profundo, por lo que debemos aprovechar el momento de
alerta tras el parto que es cuando succiona con mayor efectividad.
¿Cuántos
tipos de leche existen?
CALOSTRO
Dura
los 3-4 primeros días. Tiene un color amarillo espeso, lo que
produce una salida lenta del pezón.
Es
protector, y estimula el sistema inmunitario del lactante.
Posee
una alta concentración en proteínas y es muy rico en
sales y minerales.
¡¡¡El
calostro también es leche!!!
LECHE
DE TRANSICIÓN.
Comienza
a partir del cuarto día. Notarás los pechos más
firmes, es la llamada “subida”.
Dura
entorno a 10-14 días y es una leche más abundante que
el calostro, muy parecida a la semidesnatada.
Posee
menos sales y minerales, pero más glúcidos y lípidos.
LECHE
MADURA.
Desde
la 3ª – 4ª semana hasta el destete nos encontramos con
esta leche.
Tiene
una composición más estable, y el 85% de su composición
es agua.
¿Cuándo
ofrezco el pecho?
La
succión precoz y frecuente 10-12 tomas al día, acelera
la secreción, facilita el vaciado
y
evita la congestión de los primeros días.
La
succión nocturna produce altos picos de prolactina, lo que nos
va a ayudar a producir más.
Ponerlo
al pecho cuando el recién nacido dé señales de
hambre, sin establecer horarios rígidos. La regla básica
para una buena lactancia es: A DEMANDA Y SIN RELOJ.
Cada
niño tiene su ritmo para tomar. La madre lo aprende pronto.
Los
líquidos adicionales y las tetinas no son necesarios y alteran
la succión y el apetito.
¿Cómo
sé que tiene hambre?
Las
señales son:
Llevarse
las manos a la boca.
Mover
la cabeza de un lado a otro.
Abrir
la boca.
Mostrar
el reflejo de búsqueda del pecho.
Fruncir
los labios como si fuera a succionar.
Estirarse.
El
agarre al pecho:
La
boca del bebé debe estar bien abierta, y su nariz a la altura
del pezón.
Debemos
coger el pecho con los dedos en forma de C y no como unas pinzas V.
Introducimos
el pezón y parte de la areola, quedando sus labios hacia
fuera.
Mientras
mama, observamos el movimiento y recolocamos las veces que sean
necesarias.
Dejar
que el primer pecho se vacíe al máximo, al final la
leche contiene más grasa y sacia
más
al niño y produce menos cólicos. Poner al otro pecho
después si quiere más. Alternar
en
la otra toma.
Si
hay exceso de leche, la extracción manual o con sacaleches
alivia y puede guardarse.
Para
estimular la salida de la leche, debemos evitar que el pecho esté
muy lleno, ya que eso dificulta el agarre. Evitamos que esto ocurra
cuando ofrecemos con frecuencia y no espaciamos mucho las tomas.
Es
recomendable masajear el pecho antes de la puesta o utilizar baños
o paños de agua caliente que facilitan la salida, si llegamos
a encontrarnos con esta situación.
Posiciones.
A
la hora de ponernos a amamantar debemos tener en cuenta algunos
aspectos:
Mantenernos
con la espalda recta, para evitar molestias y buscar una postura
cómoda tanto para la madre como para el bebé.
Colocamos
barriga con barriga.
Acercamos
al lactante sin forzar.
Y
sobre todo no abrigarlo demasiado, ya que puede irritarlo.
Cuidados
del pecho.
Con
la higiene materna diaria es suficiente, no necesitamos cuidados
especiales.
No
debemos olvidar el lavado de manos antes y después de las
tomas.
Muy
importante secar bien el pecho tras la toma. En caso de irritación,
podemos proteger el pezón con la propia leche, que ayuda a la
cicatrización.
Con
estas pautas sencillas, evitamos complicaciones posteriores como
ingurgitación, grietas o mastitis.
Si
produzco mucha leche y quiero conservarla ¿qué puedo
hacer?
Para
ello debemos utilizar recipientes de plástico duro o cristal,
que tengan la boca ancha.
No
es necesario esterilizarlos, pero no podemos olvidar anotar la FECHA
DE EXTRACCIÓN en el frasco.
La
leche puede conservarse
A Tª
ambiente de 25 ºC |
8 horas |
En el
frigorífico a 4ºC |
48 horas |
En el
congelador incluido dentro del frigorífico |
2 semanas |
En congelador
con puerta separada del frigorífico |
3 meses |
Congelador a
-18/-20 ºC |
6 a 12 meses |
¿Cómo
calentarla?
Si
la leche ha sido congelada y descongelada, se puede refrigerar hasta
24
horas
para usarse después. No
debe volver a congelarse.
Se
descongela y calienta bajo el chorro de agua tibia o al “baño
María”, nunca dejamos que llegue a hervir.
Comprobamos
la temperatura agitándola.
Nunca
debemos usar el microondas para calentarla, ya que conseguimos que
pierda la mayoría de sus propiedades.
La
leche descongelada podemos mezclarla si proceden de dos recipientes
distintos.
Siempre
que no haya estado en contacto con la saliva del bebé puede
mantenerse 24 horas.
Para
la toma, debemos utilizar otro recipiente distinto al de congelación:
Cuchara,
biberón, vasito...
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